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El Dirty Talk consiste en permitirse palabras crudas en la cama, que no nos permitiríamos en público. Es el hecho de adoptar un discurso sexualmente explícito para excitar a la pareja. Aunque se trate de una bomba para la libido, hay ciertas cosas a saber antes de lanzarte a probar el arte de hablar “guarro”.
El Dirty Talk es confianza
Antes de intentarlo, asegúrate que tu pareja y tú estáis los dos de acuerdo. Para susurraros obscenidades a la oreja tenéis que tener una relación de confianza y compartir ya una auténtica intimidad, o podrías contrariarle.
El Dirty Talk es paciencia
Para lanzarte a probar el dirty talk, la excitación tiene que estar en marcha. Una pareja que ya está caliente se dejará llevar más fácilmente por tus palabras ardientes. Si empiezas directamente con esto, podría tener el efecto contrario y podrías tener que decir adiós a vuestro paréntesis endiablado.
El Dirty Talk es sorpresa
La idea no es pasar cada una de vuestras citas insultándoos. Hay que saber dosificar y guardar una pizca de sensualidad. Es una forma de hacer vuestros encuentros sexuales diferentes y más salvajes, ¡pero es importante preservar un poco de dulzura en este mundo tan rudo!
El Dirty Talk es prudencia
Sí, más vale ser prudente con el dirty talk. Porque aunque te basten unas palabras para llevar a tu pareja al séptimo cielo, una simple frase puede desintegrar su deseo, o incluso transformar vuestra sesión de revolcones en ataques de risa. Esto sería más embarazoso que excitante…
El Dirty Talk no es la realidad
Por último pero no menos importante, deja las ordinarieces traviesas para la cama. En ningún caso estas vulgaridades tienen que inmiscuirse en tu realidad. Es realmente poco excitante, menos divertido e incluso irrespetuoso.
Como ves, el dirty talk es una práctica muy eficaz si se ejecuta correctamente. Así que con todos estos consejos en mente, solo tienes que probar. ¡Déjate llevar!
