Se llama ''amante'' porque la mayor parte del tiempo él o ella lo hace por amor: ¡que alguien se atreva a admitirlo!

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categoría: Actualidades

Se llama ''amante'' porque la mayor parte del tiempo él o ella lo hace por amor: ¡que alguien se atreva a admitirlo!

L'infidelidad con Gemma Gaetani...

Si usted está entre aquellos que están de acuerdo con ser el tercero por amor, tendrá la impresión de ser la parte más frágil del trío. Tal vez en realidad lo sea. Si la pareja de su amante se hiere, hiere a los dos, y entonces usted también se hará daño,pero hará solo (a). Así que aprenda a defenderse porque nadie lo hará por usted.



El mundo es un lugar bastante difícil. Tan difícil que a mí desde luego no me ha esperado en el 2011 para revelármelo: Todos los que viven en él se han dado cuenta ellos mismos.

Las cuestiones sobre las cuales el mundo es particularmente insensible, a menudo son cuestiones sentimentales: especialmente en aquellos lugares donde la monogamia esta en vigor y es vista como la única regla posible. De hecho, es en estos espacios culturales donde la figura del amante sigue siendo despreciada y condenada.

En Francia, por ejemplo, el amante, no es aquél que ayuda al mantenimiento de la familia, y a pesar de todo es exactamente eso lo que hace el amante, más bien es visto como un arruina familias. El hecho de que el amante con frecuencia comunique al cónyuge que ya no le ama, puede permitir seguir sosteniendo su hogar con este soplo de aire fresco y amor que representa, como una cuña debajo de un mueble en la estructura en ruinas, nadie quiere entenderlo o admitirlo. Y es extraño porque incluso Tomás de Aquino dijo que sin el “hoyo negro”, “el palacio se convertirá en un lugar maloliente”. El "hoyo negro" era la sexualidad extraconyugal. El "palacio", la familia oficial.

Los obtusos moralistas de la libertad amorosa no pueden encontrar la causa del colapso de la familia dentro de la familia misma. Pero esta familia, por el contrario, no debe ser tan satisfaciente para la persona que, siendo parte integrante de ella, se enamora de otra persona. Pero no, ellos echan la culpa de la caída de la familia al amante, la persona que en un momento dado se enamoró del padre o la madre de familia. Si esa no es una razón ilógica y por lo tanto necia, que alguien me diga lo que es.

En su lugar, deben recordar que lo que impulsa a los amantes a amar a alguien que ya forma parte de una pareja, es el mismo sentimiento que los llevó antes a sí mismos hacia lo que posteriormente se convirtió en la pareja oficial. Y que el amor sigue siendo amor, y no necesariamente sólo entre marido y mujer.

También hay que agregar que es mucho más fácil ser esposos y esposas de alguien, que ser los amantes enamorados. Por esto deberíamos de tratar de entender a estos amantes enamorados, porque ellos han "heredado" el papel más difícil en el triángulo sentimental. Un poco de comprensión y respeto por todos aquellos que aman infinitamente y en secreto, viendo poco a la criatura que los ha hipnotizado al punto de conseguir que acepten las migajas secretas de la vida y el tiempo de la persona amada.

En su soneto 116, Shakespeare escribió sobre el amor: it is an ever-fixed mark that looks on tempests and is never shaken (Se trata de un faro con mirada inmutable fija en las tempestades y nunca es sacudido). Tal vez sólo un amante enamorado puede comprender lo que estas palabras realmente significan: nunca sacudido por la tormenta de un amor vivido sin ninguna garantía de un final feliz, eso quiere decir que se está dotado de una inmensa capacidad para el amor, que tiene paciencia, que sufre, pero que sigue siempre hacia adelante.

Por esto se debería de aceptar y decir, de una buena vez, que en la medida en que el amante se comporte así por amor, uno se enfrenta al ejercicio de los sentimientos que son a su vez muy penosos y difíciles. Porque hay que ser fuerte, y no débil como la mayoría de la gente piensa, para ser un amante. El amante no tiene ningún derecho, no tiene honor, mientras que la pareja oficial sí, tiene todo el derecho y lo ejerce a menudo con la dulzura de un dictador. A menudo, su sentimiento de superioridad sobre el amante viene sólo porque hubo una unión oficial con una persona, y sobre la virtud de la que, con el apoyo de la ley religiosa, civil y moral común, él/ella la/le considera su propiedad para siempre. Es un poco trivial si el amor es realmente amor, es decir, el deseo de felicidad y no la predominancia sobre el ser amado.

Deberíamos explicar estas cosas a todas esas personas que, esclavas de la feroz y obtusa moral común, estrechos pensadores de las leyes civiles y religiosas, condenan enérgicamente la infidelidad, incluso cuando emana el amor, ellos juzgan negativamente a los amantes quienes con un poco de suerte, algún día serán los nuevos acompañantes a plena luz del día de aquellos a quienes tanto han amado en la oscuridad, y los padres de las criaturas que, de otra forma, nunca hubieran nacido. Como fue el caso de Nicoletta Mantovani y Luciano Pavarotti.

Pero sin duda sería inútil tratar de explicarlo, porque incluso si Shakespeare escribió que no beast so fierce but knows some touch of pity (incluso la bestia más feroz tiene un mínimo de piedad), en realidad, la piedad pertenece a los amantes.

Los mismos a quien Patty Smith cantaba, de manera memorable en Because the night, que la luna les pertenecía. Mientras escribo estas cuantas líneas, se hace de noche. Y es en esta noche que quiero decirles a los amantes enamorados que nunca duden de su pureza. Pureza que es blanca y transparente y por eso siempre aclarará la noche hasta afuera, hasta los ojos de aquellos que nunca entenderán pero que no querrán entender, para ellos siempre estará oscuro.

Gemma Gaetani