¿Por qué somos infieles?  <br>Las verdaderas razones que llevan al adulterio

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categoría: Actualidades

¿Por qué somos infieles?
Las verdaderas razones que llevan al adulterio

Cuando se trata de la infidelidad, muchos de nosotros estamos demasiado ocupados juzgando y hablando constantemente de moralidad para ver más allá y tratar de entender y buscar lo que realmente está escondido detrás de este fenómeno. Gleeden rompe el hielo y se asegura de que este tema ya no sea un tabú, sino un fenómeno social como los demás, donde todo el mundo puede hablar sin sentirse marginado.

No se puede encontrar muchas estadísticas sobre el adulterio, pero se desprende de estudios recientes que alrededor de la mitad de los hombres y mujeres han engañado, al menos una vez en su vida, a su cónyuge... Las causas de la infidelidad son muchas. Cuando uno se pregunta acerca de las razones principales que nos empujan al adulterio, el cliché que aparece con más frecuencia es el de una necesidad de sexo, de erotismo. Sin embargo, la falta de algo puede estar en otros lugares. He aquí un resumen de las razones más citadas en una infidelidad:

Un deseo de cambio:
La mayoría de los infieles evoca la necesidad de la novedad, el deseo de sacudir la rutina diaria. Una vida de pareja monótona, los niños que ya crecieron, un cónyuge que ha cambiado, y todos estos hechos repetitivos: las tareas del hogar, la televisión, el metro, el trabajo, el sueño. ¡Sí, rápido, a dormir! La rutina se ve como un mata-amores y necesita de un escape, un comienzo de una nueva aventura o una transgresión. ¿El objetivo? Revivir la pequeña llama extinguida durante tanto tiempo por lo cotidiano. El infiel está constantemente en busca de nuevas emociones y lucha constantemente contra el aburrimiento. En algunos casos este riesgo, esta búsqueda de lo prohibido puede ser una estrategia para generar un renovado interés del cónyuge, hacerle una llamada de socorro, probarlo de verdad antes de proceder al acto.

La necesidad de seguridad:
¿Un(a) cónyuge que no muestra sus sentimientos? ¿Falta de autoconfianza? Para tranquilizarse, se puede sentir la necesidad de conquistar nuevas parejas con el fin de sentirse nuevamente amado(a), nuevamente comprendido(a). Cuando se necesita amor, puede pasar que, para darse valor, se tenga necesidad de que otra persona se fije en nosotros(as) ya que la mirada “oficial” ya no se digna a poner sus ojos en nosotros(as)... Esta necesidad viene del hecho de sentirse insignificante, menospreciado y abandonado por su pareja, tal vez demasiado ocupado(a) en otra cosa.

La necesidad de seducir:
En relación con la necesidad de seguridad, entra en cuenta el deseo de poner a prueba su poder de seducción y esto, ya sea usted hombre o mujer. Esta actitud pone de manifiesto un miedo al compromiso. En una pareja, la disminución del deseo y la complicidad en la relación, el hecho de no sentirse comprendido(a), escuchado o incluso visto como en los primeros momentos del encuentro amoroso, puede llevar a alguien a una infidelidad. Después de todo, es humano, todo el mundo quiere agradar y seducir para sentirse bello, único, deseado y cortejado.

El sexo:
Otra consecuencia de la rutina que se instala en la pareja es que, inevitablemente, disminuye la frecuencia de relaciones sexuales. Casi el 20% de los hombres indican que la falta de sexo es la causa de su infidelidad. La monótona rutina también puede llegar a la cama. La falta de creatividad, jaquecas constantes, la fatiga y los problemas de la vida cotidiana pueden afectar la vida íntima de una pareja. Las frustraciones pueden acumularse hasta el punto en el que la tentación asoma su nariz. Por no hablar de la eyaculación precoz, el fracaso y otros trastornos que también sirven como motivos de infidelidad.

La tentación:
"¡A mí eso nunca me sucederá!" ¿Quién no ha dicho esta frase al menos una vez? Y sin embargo... ¡no siempre se puede elegir! La tentación está en todas partes, tanto en un viaje de negocios como en la panadería de la esquina. Y esto es especialmente cierto en los últimos años, ha habido un aumento sin precedentes de las nuevas tecnologías como los teléfonos móviles, internet, redes sociales... Todas estas son herramientas que facilitan nuevos encuentros y por lo tanto pueden causar alguna tentación.

Hombres, mujeres, heterosexuales, homosexuales, casados o no, nadie es inmune a la infidelidad. Se puede ser a su vez, el celoso, el engañado, el infiel de la historia. Después de todo, el consejo que Gleeden puede dar es ¡sean fieles… a sus deseos...!