Dominique Strauss-Kahn, no es el primero en hacer hablar de él sobre el adulterio. Silvio Berlusconi, Bill Clinton, Newt Gingrich, Eliot Spitzer y muchos otros han llegado a los titulares por revelar sus enlaces extraconyugales.
Para Joris Lammers, esto no es una coincidencia. Autor de un estudio que analiza la relación entre el sexo y el poder, afirma que la probabilidad de que la infidelidad se incrementaría en función del poder de la persona y esto sin importar su sexo.
El estudio se llevó a cabo gracias a una encuesta dirigida a 1 561 lectores de una revista de Negocios neerlandesa. Entre los participantes, el 58% no tenía un puesto con responsabilidades, el 22% tenía algunas responsabilidades de gestión, el 14% eran cuadros medios, y 6% tenían altos cargos en Dirección.
Con respecto a la infidelidad, diferentes factores tales como la confianza, viajes frecuentes y la toma de riesgos fueron tomados en cuenta y analizados. “A menudo se cree que los hombres que tienen poder son más susceptibles a ser infieles porque les gusta el riesgo, o por la distancia, o los desplazamientos debido en gran parte al trabajo", dice Joris Lammers. "Pero encontramos poca correlación en estos dos pre-supuestos y la infidelidad. "
Lo que intenta demostrar el estudio es que mientras más alto esté ubicada la persona en la jerarquía, tiene más posibilidades de haber engañado a su pareja, o tiene la intención de hacerlo, sea mujer u hombre. La infidelidad estaría relacionada con la confianza en sí mismo que emerge del poder.
"Mi investigación y la de mis colegas demuestra que uno de los efectos más fuertes del poder es el aumento de sentimientos de confianza, analiza Lammers. La Sensación de una baja en el poder lleva a focalizarse en la amenaza y el peligro. Pero el poder conduce a esa sensación desinhibida que hace que creamos que podemos conseguir lo que queremos y que se debe de tomar riesgos para conseguirlo."
Para seguir con esta reflexión: Estados Unidos: Cuando el adulterio y el patriotismo juegan en la misma corte...