Pasar las 24 horas del día juntos puede llegar a ser un poco agobiante.Para evitar cansaros el uno del otro, es importante guardaros vuestros ratos y espacios personales. Ir a esa clase de yoga mientras él se echa la siesta; ponerse al día con ese libro que cargas mientras el/la otrx se da un paseo … eso, además de saludable, os mantendrá en equilibrio y avivará las ganas de estar juntos.
2. Flexibilidad y comprensión:
Las vacaciones son de los dos. Tenéis que acordar actividades, hacer lo que a cada uno le guste y pasarlo bien ¡los dos! Un día te tocará a ti ponerte la aletas y la careta de buceo cuando querías tostarte al sol; y otro día él te acompañará a hacer compras exóticas en lugar de echarse la siesta. Hay que balancear gustos, hablar y hacer tratos para que ninguno de los dos deje de hacer lo que le apetece.
3. Al mal tiempo, buena cara:
La habitación no es lo que esperabas o la playa está abarrotada de turistas. Ante estas situaciones imprevistas hay dos opciones: lamentarse hasta la saciedad y acabar de morros con la pareja (alguien lo tiene que pagar, ¡claro!) o reirse de las circunstáncias y sacarle el máximo jugo posible, siendo cómplices de esa situación almodovariana. Piensa en la de anécdotas que tendréis para contar a los amigos y las risas que os echaréis cada vez que lo recordéis.
4. Vive el momento:
Una llamada al despacho o a ese familiar enfermo para ver como va todo,está bien. Pero pasarte todas las vacaciones pendiente ¡no! Habéis decidido pasar este tiempo juntos y disfrutarlo ¡juntos! Haz caso a tu pareja, préstale atención, olvida el FB, el IG o cualquier otra red social que te quite más tiempo del necesario, ¡tu pareja te lo agrecerá y tu bienestar será recompensado!
5. No te flipes:
Tener unas expectativas muy altas puede resular frustante y decepcionante. Por supusto que hay que ilusionarse y tomárse las vacaciones con ganas, ¡muchas ganas! pero lo mejor es estar abierto a lo que venga. ¡Esa será la mejor predispoción para pasar las mejores vacaciones!¡Déjate llevar!